En el año 1995 la UNESCO realizó una campaña por la Tolerancia y la No Violencia. A partir de entonces se comienza a celebrar esta fecha como una forma de concientizar en la importancia de la convivencia pacífica.
El desarrollo de la tolerancia y la confianza en las diversas comunidades no se logra de la noche a la mañana; es algo que requiere tiempo y esfuerzos. Establecer la tolerancia supone el acceso a la educación.
La intolerancia suele tener sus raíces en la ignorancia y el temor: temor a lo desconocido, al «otro», a otras culturas, religiones y naciones.
La diversidad de religiones, culturas, lenguas y etnias no debe ser motivo de conflicto sino una riqueza valorada por todos.
La tolerancia reconoce los derechos humanos universales, las libertades fundamentales de los demás y la diversidad de los pueblos.
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